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III Encuentro sobre Responsabilidad Profesional 
Salud y Medio Ambiente

 

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Salud: Riesgos y acciones derivadas de la investigación clínica.

Este panel contó con la participación del Dr. Rubén Iannantuono, Médico especialista en farmacología, y del Dr. Castronuovo, Director Market Access de Novartis, quienes hicieron un muy interesante análisis sobre la actualidad en materia de investigación clínica y el mercado de medicamentos.

El Dr. Iannantuono desarrolló su exposición compartiendo la actividad de auditoria realizada en distintos centros de investigación resultado de la visita a establecimientos de salud que tienen incorporada a la investigación clínica. En este sentido explicó las diferencias entre la atención médica convencional y la atención médica derivada de la investigación clínica; e hizo un recorrido por los beneficios y riesgos de la práctica de dicha investigación, la cual exige un ensayo clínico, que sirve –entre otros- para demostrar la eficacia y seguridad de un medicamento.
Iannantuono se refirió al gran desarrollo de la farmacología en los últimos 30 años y a las nuevas necesidades propias del contexto, entre ellas: “Necesidades personales de tener cada vez una mejor terapéutica, pero también una necesidad de la población de incorporar y poder acceder a nuevas terapéuticas que le brinden mayor eficacia dentro de un rango de seguridad acotado”.
Iannantuono habló del rol de la fármaco-economía y la fármaco-vigilancia en la búsqueda de un equilibrio en el lanzamiento de un nuevo producto al mercado para que la población reciba un medicamento seguro que, además, tenga un valor agregado. Para esto explicó que se utiliza en método científico, sobre el que dijo: “Para llevar adelante una investigación clínica necesitamos el ensayo clínico, el cual utiliza como sujeto experimental al ser humano. Pero como un fin no justifica los medios se requieren determinadas condiciones: una metodológica y otra que son los derechos de las personas, siendo estas últimas las que acreditan la credibilidad de los datos”. Además destacó la importancia de que cuando se planifica, aprueba o controla un ensayo clínico siempre debe ponerse en la piel del paciente y evaluar si uno participaría del mismo. También sostuvo: “En la práctica asistencial estamos mucho más condicionados a recibir una determinada asistencia médica en comparación con la investigación clínica, porque en este última hay derechos que se preservan a rajatabla y es la voluntariedad de la persona -a partir de una conocimiento de lo que se va a hacer- la que decide si quiere o no participar; y su único condicionamiento va a estar dado por su propia situación y sus propias expectativas frente a esa participación”.
Por último mencionó que la investigación clínica hoy es una de las actividades más reguladas de la Argentina y en este punto explicó: “Para que un protocolo pueda ejecutarse tiene que estar evaluado por el propio investigador, por los comités de evaluación y después por la autoridad regulatoria pertinente que es la que terminará desestimando o aprobando ese protocolo; con lo cual cuando a una persona se la invita a participar de un ensayo clínico, el protocolo del mismo ha sido visto por muchas personas, no solo médicos sino también metodólogos, eticistas, etc.”.

La exposición del Dr. Castronuovo centró su atención en qué cosas carga y qué beneficios trae el resultado de la investigación clínica en el sistema de salud, básicamente desde el punto de vista de la financiación.
A modo de introducción explicó que el paradigma actual es el de la “medicina basada en la evidencia”, la cual no excluye la incertidumbre. Y definió que lo que la investigación clínica le entrega al sistema de salud es “una papa caliente”, o sea, que la misma se transforma en un producto o una nueva tecnología que pasa al sistema y que alguien tiene que pagar.
Sobre el proceso de producción explicó: “Entramos en una nueva era en donde la patente de los medicamentos comienza a ser menos relevante porque hoy para probar una droga similar a un producto de producción biotecnológica hay que hacer estudios clínicos”. Y agregó: “En la actualidad hay dos factores de encarecimiento del producto: el proceso de producción propiamente dicho y los estudios clínicos que hay que hacer para poder producirlo”. Más adelante siguió: “Hoy el producto es el proceso; y se necesitan estudios clínicos que avalen el efecto que determinada droga tiene en el ser humano”, más allá de que se trate de un mismo producto realizado antes por igual productor.
Sobre la cobertura del riesgo en la producción de medicamentos, Castronuovo explicó la tendencia actual: “El productor firma con el financiador un contrato en donde se da el nuevo producto al paciente y si no prospera tal como era esperado, él mismo se hace cargo de parte del eventual fracaso y asume parcialmente el riesgo”.
En cuanto a las tendencias mundiales en la temática aludió al proceso de Evaluación de Tecnología Sanitaria a través de un organismo que determina si un producto puede salir al mercado. O sea que lo que hace esta evaluación es: identifica un tema a evaluar; especifica dicho tema; determina quién lo va a pagar (el Estado o la prepaga); busca evidencia, recolecta los datos necesarios; reporta los hallazgos y recomendaciones; disemina y monitorea el impacto del mismo. Finalmente concluyó: “Esto se está llevando a cabo en muchos lugares como un ejemplo de desarrollo de los últimos años”.
 

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