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“Un buen perito médico debe demostrar idoneidad profesional
y moral”.
Mayo - Junio  2008

Por Dr. Claudio Iribarren.
Representante de la Asociación Argentina de Cirugía.

Dr. Claudio Iribarren, Representante de la Asociación Argentina de Cirugía.

En el marco del “6to. Ciclo de Coloquios: Buscando el Acercamiento de los Jueces a las Ciencias” realizado en mayo pasado en las Ciudades de Buenos Aires, Mendoza y en el vecino país de Chile, el Dr. Claudio Iribarren, participó de la mesa “Buscando la complementariedad entre la Justicia y las Sociedades Científicas” representando a la Asociación Argentina de Cirugía.
En este número de APM les acercamos los ejes centrales de su exposición, destacando la importancia que el tema tiene en los juicios de responsabilidad profesional médica.


Principales causas de aumento de la complejidad en la atención de la salud.

Se pueden mencionar como principales: el aumento del nivel de exigencia de la población en la atención de la salud; la aparición de nuevas patologías; la mayor proporción de ancianos; la práctica de una “medicina defensiva“, derivada del aumento exponencial de la litigiosidad en los últimos años, y la explosión tecnológica en la medicina que ha producido el surgimiento de gran cantidad de subespecialidades.
Respecto a este último punto, según el Ministerio de Salud Pública, la cantidad de especialidades y subespecialidades médicas hasta el año 2000 era de 40. Desde el 2006 en adelante el número aumentó a 62 (8 relacionadas con cirugía general, y 6 con clínica médica); lo que evidencia un crecimiento realmente elevado de las distintas especialidades.

Situación actual de la Medicina Asistencial.

Hoy un 20 por ciento de los médicos está demandado, con muchos casos en que los profesionales enfrentan más de una demanda. El dato a resaltar es que menos del 10% de las demandas tiene como resultado una sentencia condenatoria. Consecuencia directa de esta problemática es la desfinanciación del sistema de salud.
Con respecto al profesional, las consecuencias de una litigiosidad abusiva son la práctica de la mencionada “medicina defensiva“ (después de un juicio, aunque sea absuelto, el médico no es el mismo); la ocultación del error médico, que produce su persistencia al no crearse normas para evitarlo, y un abandono de la práctica cada vez más frecuente por parte de facultativos experimentados.


¿Por qué recurre el Juez a un Perito Médico en los juicios de responsabilidad profesional médica?

El Juez se ve llevado a consultar al Perito Médico con más frecuencia que antes debido a la mencionada complejidad de la medicina actual y la sofisticación de conocimientos existentes en las especialidades. Esto hace que no pueda evaluar sin un asesoramiento especializado determinados aspectos científicos y técnicos para determinar la culpa eventual del médico o la institución.
Por otro lado, el Juez no desea perder su autonomía en la valoración de las pericias médicas, y en este sentido se destacan párrafos de 3 fallos que hablan al respecto: “Los jueces pueden apartarse de las conclusiones de los peritos… porque lo contrario implicaría una sujeción servil que haría del juez un autómata, privándolo de su función de fallador y convirtiendo a los peritos en jueces” (Cám. Civ. y Com. S. Isidro, Sala II, 4/5/90). “Las conclusiones del perito no obligan al Juez, quien debe evaluarlas a la luz de toda la prueba acumulada” (CN Fed. Civ. y Com., Sala III, 28/7/89). “El Juez tiene la plena facultad de establecer el valor de la peritación y estimar la fuerta probatoria…” (CN Civ., Sala K, 7/9/89). Se percibe entonces la importancia de facilitar un asesoramiento científico idóneo y exhaustivo para colaborar con la tarea del Juez.


Sobre los Peritos Médicos, ¿quién es el encargado de certificar al especialista?

Es importante señalar que el Perito Médico en una especialidad es un profesional que para inscribirse como tal debe cumplir con los siguientes requisitos, entre otros: presentación de un título de médico con 5 años de matriculado y un certificado de especialista.
Los encargados de certificar a los distintos especialistas son las Sociedades Científicas, los Colegios Médicos, las universidades y el mismo Ministerio de Salud.
A su vez, los encargados de garantizar la idoneidad de estas instituciones certificadoras son: los Ministerios de Salud Pública Nacional y Provinciales, el Consejo de Certificación de Profesionales Médicos (Academia Nacional de Medicina) y la Asociación Médica Argentina (C.R.A.M.A.).
Un especialista certificado es un médico que ha desarrollado:
Estudios de posgrado en una especialidad reconocida, con un régimen de residencia o curso teórico-práctico acreditados.
Un examen realizado por sus pares para evaluar sus conocimientos y condiciones ético-morales.
Además, y esto es sumamente importante por los cambios incesantes de la medicina moderna mencionados antes, una vez vencido el plazo establecido en la certificación de la especialidad, generalmente de 5 años, el profesional debe realizar una recertificación periódica de la misma siguiendo los lineamientos de cada institución certificante. Con este mecanismo la institución garantiza la actualización de sus conocimientos y la persistencia de su idoneidad moral.


¿Qué debe esperarse de un perito médico?

Un perito debe ser un experto actualizado en una especialidad médica, para que su información ayude eficientemente al Juez para establecer las eventuales fallas del procedimiento médico que se está analizando.
Su función es contribuir al mejoramiento del servicio de justicia en el caso en el que ha sido consultado. Es por ello que debe demostrar idoneidad profesional y moral en su actuación.


¿Cuál considera que debe ser el rol de las Sociedades Científicas?

La ayuda que deben brindar las Sociedades Científicas al Poder Judicial tiene como objetivo mantener la autonomía judicial en las sentencias, haciendo de este modo que la labor del Juez no se transforme en una mera homologación de la pericia judicial. Esta importante tarea implica: establecer una comunicación estrecha y fácil con los Jueces; producir informes periciales esclarecedores; estimular el crecimiento en cantidad y calidad de los peritos, y garantizar la idoneidad profesional y moral de sus especialistas para promover la “buena praxis médica”.
 

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