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“Reconocer los errores es una política institucional” . Febrero - Marzo 2009

Entrevistamos al Dr. Roberto Cappi, titular del Departamento de Administración de Riesgos del Hospital Británico de la ciudad de Buenos Aires. 
 

¿Cómo encaran en el Hospital Británico el tema del riesgo médico legal?
Nuestro foco está en la prevención de los riegos en la atención, que conlleva la seguridad del paciente. Si tengo una sistemática de trabajo sobre la seguridad, tengo prevención del riesgo de exposición a lo que fuera: daño, error o reclamo.

¿Qué normas o procesos han implementado para esto?
Tenemos un sistema de Hechos Denunciables desde 1996 en las áreas cerradas, porque son las más expuestas a los conflictos, daños y errores. En 1999 se amplió a Reporte de Incidentes, aplicado universalmente. El gran objetivo no es observar solamente las situaciones en las que se produjo un error o un daño reconocible, sino también aquellas situaciones en las cuales, al entender del actor, hubo una posibilidad de cometer un error que podría haber devenido en un daño en el paciente. Debe haber 100 cuasi errores más que errores en sí mismos, por eso entendemos que es donde tenemos que trabajar. De esa forma podemos analizar el escenario y establecer barreras de prevención para que no se reitere la situación del alerta. En ese sentido, entendemos también que el error es más veces una falla en los sistemas y de los procesos y no en las acciones de las personas intervinientes.

¿Cómo nacen estas barreras?
En el Hospital Británico, gracias a los procesos de prevención del riesgo, de seguridad del paciente y de vigilancia, la infección intrahospitalaria en las prácticas bajo vigilancia está tendiendo a cero.
¿Podría detallarlas?

Las barreras van surgiendo primero a través del modelo que establece la Joint Commission. Por ejemplo, no puedo poner a hacer una tarea a alguien que no está formado, que no tiene la validación de la institución ni la certificación profesional para poder hacerlo. En la organización hay mucha gente trabajando por la seguridad, además de médicos y enfermeros, entre ellos, tenemos una bioingeniera que se encarga de la evaluación de las herramientas y equipos: la periodicidad del mantenimiento, fallas, etc. Si una baranda o una cama se rompe, o el estado del piso es malo y resbaladizo, llamamos al responsable de Recursos Físicos para mejorar la prestación.
Por su parte, Los residentes tienen un programa de inducción sobre cómo se maneja el tema de los errores en la institución. Por otro lado, en septiembre del año pasado creamos un grupo de trabajo de seguridad del paciente que se reúne semanalmente. Participa gente de docencia, de enfermería, de la dirección médica, el jefe del Servicio de Infectología (uno de los sectores donde más se ha trabajado porque el Comité de Infección Hospitalaria es el más antiguo de la institución -está desde mediados de los 70). El Comité de Evaluación de Riesgo Profesional existe desde 1999. Y el Departamento de Administración de Riesgos funciona desde 2001.

¿Hace cuánto que se desempeñan de esta forma?
Trabajamos con hechos denunciables desde 1996. En 1999 introdujimos también el comité de eventos adversos, que se crea ad hoc cada vez que alguien nos trae una situación de riesgo vivido, un error o un daño producido. En este caso, quien anuncia el alerta es quien tiene más para aportar por el grado de preocupación que le generó la situación y el tiempo transcurrido. Cada vez que algo sucede, el protagonista viene con propuestas: “Esto se hubiera prevenido si hubiésemos implementado x barrera”. Y esas ideas tratamos de adoptarlas luego de las conclusiones de la deliberación del caso y consenso obtenido.

¿Cómo está organizado el Departamento de Administración de Riesgos y qué tareas realiza?
Una Asistente y una Secretaria hacen los oficios, una enfermera está en seguridad del paciente y yo lo coordino. Aquí hacemos los análisis estadísticos, los reportes, la tipificación de los situaciones, convocamos a los comités, nos reunimos. Promovemos el diálogo, escuchamos a quien tuvo un problema o duda. Brindamos apoyo no solo científico sino también enseñamos procedimientos para la seguridad.

Llevamos un registro de cada paciente desde el primer momento de la práctica vigilada, por eso ante un reclamo tenemos mucha información para defendernos.
Esta actitud proactiva hacia la disminución de los daños, ¿ha disminuido la cantidad de reclamos legales?

La vocación de reclamo de la población argentina no se cambia con nada de lo que estamos haciendo. Es una actitud, entonces seguimos con la misma escalada de reclamos aunque ni siquiera haya daño producido en la atención. Seguimos con un aumento estadístico de reclamos pero no de importancia. Entonces, aunque un caso prospere hacia la justicia, no va a tener incidencia grave en la responsabilidad de los profesionales ni de la institución.

Además están más preparados…
Claro, llevamos un registro desde el primer momento, entonces en la prevención de ese daño de alcance jurídico tenemos varios mecanismos. Siempre informamos de los errores al paciente y los familiares, y les comunicamos las medidas correctivas a tomar. Se trabaja entonces con el paciente y el familiar de forma responsable, y se entiende que el error es humano y que se está haciendo lo posible para que el sistema deje de ser caótico. Lo que destila uno del aprendizaje sobre esto, es que cada vez hay más gente mejor formada, pero persiste el error del sistema. Si no hay normativas, si las que hay no alcanzan, si no hay obligaciones de acreditar las instituciones y los procedimientos… hay que mejorar el sistema de atención.

¿Qué opina de las instancias de conciliación?
Si admito el daño puedo llegar a un acuerdo para no llegar siquiera a esa instancia. Por eso siempre evaluamos exhaustivamente cada caso, porque tampoco podemos abrir la canilla a los acuerdos de conveniencia porque si no favorecemos la litigiosidad. Por eso invertimos tiempo y dinero en darles la certeza de que no tienen ningún derecho jurídico al reclamo. Los invitamos a conversar, les pedimos que traigan a su abogado y les explicamos lo que hicimos, lo analizamos juntos.

Comunicar los errores, ¿a veces no se vuelve en contra?
Nosotros empezamos con esto de la seguridad del paciente 20 años después que los principales países del mundo. Nos queda mucho por aprender a todos como sociedad… Pero para nosotros reconocer los errores es una política institucional, porque pensamos que es ético y además, ocultar es un hecho antijurídico.

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