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Responsabilidad profesional en enfermería (segunda parte)

En esta edición de APM hacemos entrega de la segunda parte de la entrevista realizada a la Lic. María Rosa López, Jefa del Departamento de Enfermería de Clínica del Sol y docente del curso de Experto en Enfermería Legal y Ciencia Forense dictado por la Universidad Favaloro.


¿Considera una herramienta útil el reporte anónimo y voluntario de errores en el área de enfermería? ¿Es habitualmente usado en las instituciones de salud?
En la actualidad la mayoría de las instituciones de primer nivel están “iniciando programas de seguridad de paciente”. Es un cambio de cultura muy importante, en nuestra formación nos educan para informar las situaciones que ocurren, motivo por el cual no resulta ni extraño ni ajeno, es más, considero que la mayoría tenemos la percepción positiva que sea parte de un programa, de una dirección y no de los departamentos de enfermería, como situaciones aisladas. En la institución donde desempeño mi labor contamos con protocolos desde hace más de 10 años y en la actualidad con el programa de seguridad de paciente se realizaron los cambios necesarios.

Sugerencias
El reporte de los errores debe estar impulsado desde las direcciones (promover que se informe y motivar al personal para hacerlo).
Definir el procedimiento, conocer qué y cómo informar y poder hacerlo de forma clara y sencilla.
La confianza es muy importante en este cambio de cultura, quien informe sobre EA se le debe potenciar y agradecer su accionar, que no culpe al individuo por hacerlo.
Confianza en que merece la pena reportar.
Feedback.
Sostenibilidad en el tiempo.
Aprender juntos y compartir la información.
Implementar soluciones para prevenir el daño.
Existen algunas barreras de las que debemos ocuparnos quienes lideramos equipos de trabajo:
Sensación de fallo: los altos niveles de desempeño pueden dificultar el admitir que algo no fue según se esperaba.
Miedo a ser culpado, a poder decir algo que pueda ser usado en su contra, a pasar culpas a otros.
Miedo a riesgos médico-legales.
No se ve el beneficio de informar: no se reconoce, no se ven resultados o resulta burocrático.
Falta de recursos: personales, tiempo, dedicación, recursos materiales.
La información debe ser privada y confiable.
Reconocer los eventos adversos tan pronto se identifiquen y tratarlos con seriedad y comprensión.
Reconocer y comprender el daño causado.
Reconocer que el paciente tiene derecho a ser informado y tratado con respeto y consideración tras el EA.
Promover que el personal informe de EA y dar apoyo a los involucrados.
Buscar la causa raíz del EA y enfocarse en la mejora del sistema.
Los programas de seguridad de pacientes son de toda la organización, principalmente el compromiso y seguimiento de las direcciones.

¿Cómo se da en la práctica la relación médico-enfermero? ¿Cuáles considera que deberían ser los ejes de este trabajo conjunto?
Considero que Argentina cuenta con profesionales de enfermería con alta formación y con un conjunto de normas constituido por la competencia, en el orden de conocimiento especializado, en las destrezas adquiridas en el ejercicio de procedimientos, en la comunicación efectiva y amable, en la prudencia en el juicio ético, en las consideraciones sociales y en madurez.
El área médica debe abandonar el modelo médico hegemónico con el objetivo de dejar hacer a quienes se han preparado para desarrollar su rol de la mejor manera y formar equipos de trabajo.
Enfermaría es una profesión que reúne requisitos como preparación y formación académica, definición del ámbito de quehacer (incumbencias), relacionarse con el resto del personal de salud (trabajar en equipo), desarrollo profesional permanente, organización profesional (organismo que representan a la profesión), autorregulación, código de ética profesional, investigación permanente para la actualización del conocimiento científico que avala la profesión.
La Enfermería está atravesada por numerosas luchas sociales, como pocas profesiones en el mundo: históricamente fue una profesión abrazada por el género femenino, el grupo más discriminado y subyugado durante gran parte de la historia de la humanidad, incluso en la actualidad. Creció a la sombra de una profesión tan fuerte y dominante culturalmente como la medicina. Hecho que aun hoy le significa una severa dificultad a la hora de declarar la autonomía que requiere como toda profesión.
Existe un rol definido por la profesión en función de nuestra finalidad específica, nuestro rol implícito. Este rol, por naturaleza y finalidad, es el rol de cuidador. En el actual paradigma de la salud podríamos especificarlo aun más como el rol de colaborador, ya que acompañamos, guiamos al sujeto que vive distintas experiencias de salud en la satisfacción de sus necesidades, en la consecución de un óptimo grado de bienestar.
En la dotación del equipo de salud, las enfermeras deben de ser las más y mejor informadas sobre el paciente porque son las que más tiempo pasan con él. Sin embargo, muchas veces se genera una actitud ciertamente crítica entre los miembros del propio equipo. El funcionamiento del mismo y la práctica de cada uno de ellos mejorarían notablemente si hubiera más comunicación entre todos. Los profesionales del equipo reconocen la importancia de la labor de la enfermería y deberían estar bien comunicados entre sí porque, en muchas ocasiones, compartir la información sobre el paciente es algo necesario.

¿Cuáles son, a su criterio, las principales recomendaciones a fin de prevenir situaciones de conflicto en la relación médico-paciente?
Cuando un paciente ingresa a una institución es probable que no se de cuenta de inmediato si el profesional es o no competente, pero lo que sí sabe casi de inmediato es si le agrada o no; esto es importante, porque la clase de relación que se establezca entre el profesional y el paciente influirá sobre la calidad de atención y la interacción inicial puede sentar las bases de la relación. Una de las primeras cualidades que el paciente tiende a sentir es su sinceridad o la falta de ella. La sinceridad se hace evidente en las genuinas y verdaderas tentativas de ver, escuchar, conversar, comprender y conectarse con el paciente. Esto es algo que no se puede actuar. La verdadera comunicación incluye la clase de transparencia, es una interacción bidireccional entre dos personas que comienza en el momento en que sus miradas se encuentran y luego evolucionan convirtiéndose en una experiencia compleja y multidireccional. La verdadera comunicación no solo incluye la palabra hablada sino otras claves más sutiles, como el lenguaje corporal. Ayudar al paciente a sobrellevar la situación. Dar explicaciones de los procedimientos que se llevarán a cabo. Dar apoyo físico y psicológico para afrontar la circunstancia que le ha tocado vivir.
Los seres humanos somos fundamentalmente sociales, vivimos en permanente interacción con un ambiente, el cual está constituido por todo lo que nos rodea, y las formas como procesamos la información de este entorno sobre nosotros lo identificamos como comunicación, ya que corresponde a un proceso de intercambio de valoraciones que finalmente se traduce en conductas.
La comunicación es, entonces, uno de los medios más importantes que poseemos para descubrir y demostrar la pertinencia de nuestras opciones de conducta. Mediante la comunicación podemos facilitar el crecimiento y desarrollo del otro u otros, o su destrucción, es lo que comúnmente se identifica por los investigadores de la comunicación como “aniquilamiento simbólico” (George Gebner), puesto que es bien sabido que, a menos que se haya desarrollado un profundo sentido de autoestima y autorrealización en el individuo, de manera responsable y no simplemente narcisista, las palabras de los demás, para describir nuestras relaciones con ellos y con el mundo en general, pueden de hecho favorecer una conducta y mantenerla (retroalimentarla positivamente) o sencillamente desbastar el “ego” del otro (retroalimentación negativa). Mediante la comunicación (intrapersonal, con uno mismo, e interpersonal, con los demás,) se establece una importante red de significaciones que ayudan a definir nuestro propio yo en relación con el contexto cultural.

Para finalizar, ¿a qué razones o motivos le atribuye la falta de enfermeros en todo el país y cómo considera que podría revertirse esta situación?
La falta de enfermería no es solo de nuestro país sino una problemática mundial, existen documentos recientes del CIE (Consejo Internacional de Enfermería), la FAE (Federación Argentina de Enfermería), la AECAF (Asociación de Enfermería de Capital Federal) con una declaración de posición sobre la escasa información del recurso humano de enfermería.
Faltan enfermeras. Los planteles están envejecidos y desanimados y hay muchos trabajadores enfermos por la sobrecarga de tareas.
Contamos con profesionales con tres empleos, desvirtuación del rol por la falta de profesionales. Alta dotación de auxiliares de enfermería, lo que conlleva un riesgo real y/o potencial ante reclamos judiciales.
Los auxiliares de enfermería no poseen autonomía, dependen funcional y jerárquicamente del enfermero profesional, deben realizar tareas de acuerdo a sus competencias. La realidad en las instituciones es que en algunos lugares cuentan con alto porcentaje de auxiliares. Se debe desde los departamentos ordenar las actividades de acuerdo a sus competencias. El rol a desempeñar por los auxiliares de enfermería es muy importante, jerarquizando el quehacer diario de los profesionales.
La crisis de enfermería tiene varias situaciones a tener en cuenta: tenemos déficit, desánimo y falta de incentivo en los planteles. El prestigio de la enfermera, la devaluación del rol, provocó desgano, altos índices de ausentismo y pedidos de licencias muy largas, alto índice de síndrome de Bornaud, bajos salarios y condiciones de trabajo no adecuadas. Relación enfermera-paciente insuficiente para poder brindar cuidados de calidad y seguros.
No solo existe la falta de recursos humanos sino que también en las organizaciones no cuentan con departamentos de enfermería, de ahí su importancia con el objetivo de formar equipos de trabajo. Es de mucha la importancia en la calidad de las prestaciones y en la reducción de costos, situación que preocupa al sector salud.

Para acceder a la primera parte del presente trabajo ingrese aquí.


 

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