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“Somos un equipo de salud, seres humanos, nos equivocamos y nos vamos a equivocar”


Entrevistamos al Dr. Pablo Brener, neonatólogo oriundo de la provincia de Mendoza, que actualmente se desempeña como médico de Planta del Servicio de Neonatología del Hospital Italiano de Buenos Aires. Además, tiene una Maestría en Investigación Clínica y desde hace más de 5 años es miembro del Comité de Seguridad del Paciente de la institución.
Brener nos comparte su experiencia y destaca que el Hospital Italiano fue uno de los pioneros en conformar un Comité de Seguridad del Paciente, que originariamente comenzó en el Departamento de Pediatría.




- ¿Por algún motivo en especial el Comité se inició con el Departamento de Pediatría?
Fue por iniciativa del Dr. Ceriani, coordinador del Comité y ex Jefe del Servicio de Neonatología y del Departamento de Pediatría, que comenzó a transmitirnos el cambio cultural que había que dar en la medicina y en las instituciones médicas para resolver el problema del error y la seguridad.
Los seres humanos cometemos errores y nos equivocamos de forma frecuente. Si uno no asume que cometemos errores es justamente donde comienza el problema. Cuando me formé como médico me inculcaban que tenía que ser “infalible”. En muchas universidades médicas, en el pregrado no se aborda “el error” o temas como la seguridad del paciente, algo inadmisible hoy por hoy. Pero hace 15 años esto era lo habitual, la cultura culpógena ante el error.

- También la cultura punitiva frente al error…
Exactamente, totalmente punitiva. Hoy se debiera abordar el error de una manera diferente. Como dije anteriormente, en el Hospital Italiano, se comenzó en el Departamento de Pediatría, donde se desarrollaron estrategias para intentar abordar, conocer, y plantear el problema. Pediatría lo entendió y luego de unos 5-6 años se pudo extender al resto del hospital. Actualmente funciona un Departamento de Calidad, del cual depende el Comité de Seguridad.
El hospital acreditó por la Joint Commission Internacional, que tiene criterios muy estrictos, con un manual de más de 2600 elementos medibles basados a grandísima escala en metas internacionales de seguridad: identificación correcta del paciente; mejorar la comunicación efectiva entre los equipos y médicos; manejo de la medicación (en particular la del alto riesgo); cirugía correcta en el sitio correcto; prevención de infecciones nosocomiales; reducción del daño causado por caídas.
Se ha trabajado de manera muy intensa en estas metas.

- ¿Cuáles son las áreas y cómo se implementa en la práctica el trabajo de campo del Comité?
El Comité está formado por unas 15 personas aproximadamente, donde hay médicos, bioquímicos, farmacéuticos y enfermeros. Incluso hay dos enfermeras que participan de manera continua y dedican su tiempo full time a esta tarea.
Hay médicos de los distintos departamentos (pediatría, clínica, neonatología, cirugía, terapia pediátrica, traumatología, etc.). La idea es que los que participamos del Comité volquemos el pensamiento y el conocimiento en las distintas áreas.
Hay una reunión mensual y además un ateneo de seguridad del paciente, abierto a toda la comunidad hospitalaria, con invitación recordatoria 1 semana antes aproximadamente.

- ¿En qué consisten los ateneos?
Se invita a los distintos servicios a presentar un caso. Durante la primera parte se comparten datos sobre lo que el Comité está haciendo, y luego se trata de que algún servicio muestre una actividad propia, un error o situación que pudo haber surgido, y cómo se resolvió. Es muy dinámico.
Se hace mucha actividad docente. Se dan charlas para los estudiantes de la carrera de medicina del propio hospital. También para la carrera de enfermería. El Comité se encarga de algo de lo que hoy se adolece en la mayoría de las universidades: la poca o nula formación que hay en el pregrado de conocimientos sobre seguridad del paciente.

- ¿Se le da participación al propio paciente en este proceso de seguridad?
Tenemos un portal del paciente. En el hospital, desde hace muchos años se implementa la historia clínica electrónica (HCE) y el paciente puede entrar a verla sin necesidad de pedirla. En ella están los resultados de sus estudios, laboratorios, evoluciones de los médicos, y también hay una sección con educación para la seguridad del paciente, con todos los derechos en cuanto a su seguridad.
La Joint Commission apunta muchísimo (y no acredita) si no se demuestra que el paciente se siente seguro y entiende que existe la seguridad, y que tiene derechos ante esto y que la institución lo educa para eso.
Un ejemplo: en Neonatología el paciente se va de alta con una epicrisis en donde el médico deja por escrito el acceso a la información sobre el recién nacido y sobre las medidas de seguridad para que ese recién nacido, incluso en la casa, no sufra riesgos. Se les explica a los padres adónde tienen que linkearse para ver esta información. Por otra parte, también se pueden reportar errores que hayan ocurrido.

- ¿Cómo se lleva a cabo este reporte?
Hoy tenemos un lugar en la intranet, pero esto fue ideado por el viejo Comité de Seguridad de Pediatría, que lo hacía a través de unas urnas que estaban en los servicios, y cuando ocurría un error se metía por escrito en un papel, de manera anónima. Una vez al mes se hacía un relevamiento de los errores y se volcaban en los ateneos. Incluso se hicieron trabajos sobre cuáles habían sido los errores más prevalentes.
Todo esto pasó de la urna a la HCE y de ahí a un botón (un espacio privado al que no puede acceder cualquiera), que dice “Reporte de incidentes y efectos adversos”. Esto es exclusivo para médicos, enfermeros, farmacéuticos del hospital.
Para los padres se diseñó bastante tiempos después y hoy en el portal pueden reportar un error médico o un accidente dentro del hospital.
El Comité se Seguridad se ocupa de recolectar todos estos errores o reportes de incidentes asociados a la atención sanitaria, los clasifica según una norma de la OMS avalada por la Joint Commission, donde se trata de mirar “los errores centinela”, que son los que pudieron poner en riesgo la vida de un paciente, o aquellos en donde si el error continuaba podría haber traído un efecto adverso severo. Todo esto se clasifica, se releva, se hace una estadística y se trata de trabajar sobre el error más prevalente. Los errores centinela tienen una devolución hacia quien reportó el error, y al equipo de salud involucrado; incluso ha tenido devolución ante alguien de la comunidad que ha reportado un error, con lo que se intenta dar una respuesta sobre las modificaciones que va a realizar el hospital en este sentido para que no vuelva a suceder. Se trata básicamente de aprender del error cometido.

- ¿Una vez producido el error, más allá del reporte, cómo es la comunicación al paciente/familia?
Es una de las partes más difíciles de este trabajo y de esta “nueva cultura”. Hay una cultura punitiva instalada hace 100 años y es muy difícil cambiarla en 10… y no es solo del médico sino también de la sociedad, que muchas veces piensa que el médico es infalible.
Somos un equipo de salud (médicos, enfermeros, farmacéuticos, puericultoras, administrativos, etc.), seres humanos, nos equivocamos y nos vamos a equivocar. Supongo que esto cambiará con las nuevas generaciones que empiezan a formarse en esta concepción de que los médicos somos falibles, y de que la mejor manera de poder entablar una relación con el usuario, paciente, familia es con honestidad. Esto va en contra de la otra cultura que dice que “si cometiste un error lo tenés que pagar”.

- También es cierto que muchas veces los pacientes o la familia desconocen cuestiones médicas y una buena conversación a tiempo, sentarse y dar una explicación, evita situaciones conflictivas…
Los estudios a grandes escalas realizados en Estados Unidos y en Europa, han mostrado que los litigios no solo no aumentan, sino que tienen una tendencia a disminuir cuando la cultura es la de la honestidad. Si uno explica lo que sucedió en el momento es honesto; si trata de ocultarlo es mucho peor.
Nuestra unidad de neonatología -entiendo que el resto del hospital trabaja de la misma manera- está centrada en la familia: desde hace aproximadamente un año los padres tienen una tarjeta con la que entran y pueden permanecer con sus hijos todo el tiempo que deseen. Nuestro equipo intenta promover esto, aunque en algunos momentos puede ser un desafío adicional. Esto puede considerarse un cambio paradigmático en la atención en las Terapias Neonatales, incluso con la concepción de que nos ayuden en el proceso de atención de sus hijos. Muchas veces los que están hace bastante tiempo ayudan a mirar o controlar una alarma, aprenden a bañar a sus hijos, dar medicación, etc… Antes ocurría que cuando un padre hacía notar algo los médicos o enfermeros nos sentíamos ofuscados. Hoy los que somos líderes no solo damos el ejemplo, sino que hacemos notar que el padre está ayudando. Este es el clic que hay que hacer.

- Es indispensable la decisión institucional para lograr este cambio de cultura…
Para poder llevar todo este trabajo adelante hay que tener una Dirección que vaya en ese camino: directores, jefes de departamento y jefes de servicios. Pero si no hay una Dirección que fomente este cambio de cultura y este camino es imposible trabajar. Por Graciana Castelli para APM




 

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