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“Lo que nos preocupa es la aventura judicial”. Agosto 2006

Entrevista al Doctor Horacio Dillon, Director Médico de OSDE.

Doctor Horacio Dillon- ¿En los últimos años avizora usted un incremento considerable de los reclamos por mala praxis médica?
- Haciendo una evaluación uno ve que se han multiplicado por 10 las situaciones de litigiosidad, lo cual no quiere decir que las mismas hayan terminado en situaciones condenatorias para el médico o las Instituciones, sino que la litigiosidad aumentó en general. Este es uno de los fenómenos que más preocupa a los médicos, y es motivo de frecuentes conversaciones en los hospitales, afecta a todo el sistema y no solamente a los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, etc). También afecta al sector financiador porque ahí hay un desvío enorme de dinero, y afecta también a los pacientes, a los usuarios de la salud, y esa es otra de las cosas que a los médicos nos preocupa. A nuestros pacientes los afecta, en primer lugar, porque parte de los fondos que podría ir para recursos utilizables por ellos se desvía hacia ahí. En segundo lugar, porque el médico se ve obligado a ejercer una medicina defensiva, una medicina en la cual tiene que pedir más cosas, tiene que estar cubierto ante una serie de situaciones, y esto también desfinancia y produce riesgo. Y en tercer lugar, porque los médicos tenemos cierto temor al reconocimiento del error, cosa fundamental en la medicina. Estábamos muy acostumbrados a que a través del error analizábamos una situación y buscábamos que no se repitiera, y también se lo transmitíamos a los médicos en formación. Hoy en día, es complejo el tema del error, sobre todo porque la medicina no es una ciencia exacta.

- Usted puntualizó que si bien aumentó el número de demandas, el porcentaje de sentencias condenatorias no había aumentado, o sea, que no se incrementó en proporción al aumento de las demandas...
- No, en general el índice de condenas es muy bajo, es entre el 6 y el 10 por ciento, o menos. Y esto sin hablar para nada en forma corporativa, porque los médicos no debemos hablar en forma corporativa, debemos estar de acuerdo en que el que ha incurrido en una negligencia, o en una imprudencia, o en una impericia, debe reconocer y de alguna manera subsanar esa situación. Pero lo que nos preocupa es el aumento de la litigiosidad indebida, el aumento de situaciones de judicialización en las cuales realmente no hay una causa sino que es una aventura. Lo que nos preocupa es la aventura judicial.

- ¿Cuáles cree usted que son las principales causas endógenas y exógenas de tal fenómeno?
- Hay muchas situaciones. La litigiosidad en nuestra sociedad ha ido aumentando, es decir, la gente está más demandante y eso está bien. Uno pasa de una medicina absolutamente paternalista a una medicina en la cual los pacientes están requirentes en cuanto al reconocer sus derechos, y eso también está bien. Por otro lado, hay un cierto grado de litigiosidad de la medicina laboral o de los juicios al Estado que han dejado de tener vigencia, y eso se ha trasladado a la situación médica por cuestiones muy especiales o particulares: la modificación del artículo 84 y 94 del Código Penal, el largo tiempo en el que uno tiene que guardar toda la documentación (son 10 años de prescripción), el hecho de que, a diferencia de la justicia laboral, no haya montos o baremos que regulen. Esto hace que cualquiera pueda entablar una demanda con beneficio de litigar sin gastos porque como no hay topes, se hace la demanda por una cifra cualquiera y se declara insolvente. Pero no voy a echarle la culpa sólo a los abogados, también hay estudios o grupos de gente que encontró en esto una veta para explotar, que a su vez están asesorados por médicos que no ejercen la medicina, y que de alguna manera incentivan este tipo de situaciones. 
Entre las causas endógenas podemos mencionar: el exceso de médicos; la falta de conciencia de la necesidad de mantener mecanismos confiables de certificación y mantenimiento de la certificación de los profesionales; de la acreditación periódica de las instituciones, o sea, de trabajar seriamente en mecanismos de mantenimiento de la calidad. Otra causa es el poner todo el énfasis en la tecnología y olvidar que la medicina es también un arte y una relación interpersonal y única basada en la confianza mutua a través de la relación medico-paciente.

- ¿Qué opina usted de la modificación de la escala penal del homicidio culposo? 
- Eso fue una cosa que se resolvió entre gallos y medias noches, en una sesión parlamentaria. En esa modificación de la responsabilidad cayeron todas las actividades que de alguna manera encuadran en la responsabilidad, y dentro de eso cayeron, sin haberse evaluado la situación, los médicos como profesionales. Esto creo que fue una cosa resuelta en forma no razonable y que de alguna manera tiene que ser revisada. Todos estos puntos han hecho que prácticamente la totalidad de las entidades que tienen que ver con la salud -tanto públicas como privadas, como representantes de los financiadores de las organizaciones sin fines de lucro, de los hospitales de comunidad, de los médicos, de todas las profesiones-, se unieran hace cosa de 4 o 5 años en Pilar en donde hicieron un acta -el Acta de Pilar- en la cual pidieron reformas parlamentarias. Este documento se ha ido presentando repetidamente tanto en diputados como en senadores, y fue perdiendo estado parlamentario porque nunca fue tratado en profundidad. Pero esta situación igual nos mantiene unidos y activos porque realmente es algo que nos preocupa.

- ¿Cuáles son las principales medidas de prevención y administración del riesgo que las instituciones médicas deberían implementar para evitar o minimizar los efectos de la mala praxis?
- Creo que en primer lugar, la capacitación del sector humano: un médico bien formado, un médico que periódicamente deba certificar su especialidad, y lo mismo para el resto de las profesiones paramédicas o de la salud, o sea, una correcta formación y una permanente evaluación. Esto evita, sobre todo, que la gente pueda caer en situaciones de impericia. El hacer bien las cosas, con prolijidad, el estudiar con detenimiento el error para evitar que los errores se repitan. El informar a sus pacientes, el mantenimiento de la relación médico-paciente, que es el eje fundamental de la medicina. Muchas veces las circunstancias llevan a que esa situación se deteriore, pero es fundamental el mantenimiento de la relación médico-paciente como factor de prevención. El hacer correctamente las historias clínicas, el informar a los médicos de esta situación y el mantenerse, de alguna manera, todas las entidades unidas en defensa de esta situación.

- ¿Asumen en general las clínicas y los sanatorios una actitud pro activa frente al riesgo?
- Yo creo que lo están haciendo no por el amor sino por el horror. Hoy en día no hay sanatorio o clínica que no tenga 10 situaciones de demanda, o que diariamente no tenga alguna situación de litigiosidad. Y, además, uno ve que hay muchas clínicas que día a día tienen que cerrar sus puertas porque no aguantan esta situación. También uno lo ve en los médicos, cada día son más los médicos que van pensando en dejar su profesión. Los médicos, en la medida que van mejorando su situación dentro de lo que es la medicina, y tienen la posibilidad de hacerlo, eligen aquellos casos que son menos complicados. Y esto lleva a que los casos más complejos o los casos que se puedan complicar a veces tengan que ser atendidos por la gente que tiene menos experiencia. Entonces el que se perjudica, al final, es el paciente.

- ¿Cuáles son las medidas que propone OSDE para con su red de prestadores? 
- Se opera dándole formación al médico, evaluando cada situación crítica, buscando el mínimo detalle. Además nosotros desde hace muchos años venimos insistiendo en la necesidad de mejorar la calidad de atención acompañando a instituciones como el ITAES (Instituto Técnico para la Acreditación de Establecimientos Sanatoriales), para que los mismos sanatorios tengan que ser evaluados y estandarizados. Acompañando procesos como el Consejo de Certificación de la Academia Nacional de Medicina, o todos los procesos que hay de certificación y mantenimiento de la certificación para que los médicos periódicamente tengan que evaluar su formación ante sus pares. Esta es una de las mejores formas de hacer prevención. También informamos a la gente para que busque instituciones acreditadas y profesionales certificados. Y acompañamos a las facultades de medicina para que, de alguna manera, se nucleen buscando certificación de los programas de formación de los médicos. Si bien, aún con la máxima tecnología, existe un margen de error, ya que la medicina no es una ciencia exacta, los riesgos pueden ser acotados a través de la prevención, la educación médica continua y la humanización de la medicina.

- Además de este programa de formación de los médicos, tanto los profesionales como las clínicas que trabajan con OSDE, ¿tienen algún programa de prevención de mala praxis?, ¿les dan algún tipo de instructivo sobre cómo afrontar ciertas situaciones, o tomar ciertos recaudos?
- Nosotros venimos acompañando proyectos y a todas las entidades -somos una más de estas entidades- que buscan las modificaciones legales para que esta situación se encauce dentro de carriles normales. También hacemos coloquios y ciclos junto con la Asociación Argentina de Magistrados, la Academia Internacional de Justicia, la Federación Nacional de Cámaras, el Foro para el Desarrollo de las Ciencias y la Superintendencia. Con ellos venimos haciendo un ciclo de coloquios, buscando el acercamiento de los jueces a las ciencias, tratando de darles elementos para que las pericias sean realizadas por profesionales idóneos en la especialidad en la cual haya que ejercer esa pericia. 

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