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Norberto Larroca, Presidente del Congreso Como dirigente del sector siempre procuré establecer un eje claro y preciso que no confundiera el debate entre los sectores: el hombre. Siempre planteo que existe una vida aparente y otra real. La aparente es la que se discursa, se escribe, se analiza y se investiga, pero que muchas veces no se puede llevar a la práctica. La vida real es la de la necesidad, la que se sufre y la que vive el hombre en soledad. Yo quiero trabajar para la vida real. Esto también se puede ver en los sistemas. El mundo real es el de la exclusión, el de la insuficiencia de la atención. Es una vergüenza que en un país como el nuestro haya habitantes cuya vida dependa del tipo de cobertura que poseen. Hay millones de personas que no llegan al sistema o que reciben la mínima calidad de atención. Convoco a la unidad del sector, a defender las instituciones. Si no, no hay democracia. El hombre necesita una atención y no podemos estar peleándonos por la distribución. ¡Hay gente que a la que no le toca nada! Es hora de actuar y participar, de asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos. Este foro se formó hace más de 14 años para la defensa de la salud. Ustedes son los líderes de cada región, y deben reclamar el tratamiento de la salud, de que se cree una ley federal de salud que tenga en cuenta a todos: médicos, directores, financiadores y pacientes. Acciones y herramientas para la mejora de la seguridad del paciente Dr. José Abrahao, Presidente de la Federación Internacional de Hospitales (FIH) Estamos aquí para hablar de la crisis de financiamiento de la salud. Brasil ha avanzado en la renovación de sus instituciones de salud y ahora tenemos la enorme responsabilidad de transmitir nuestra experiencia. Porque la lucha es cada día mayor. Estamos en un momento de crisis mundial y América latina no va a quedar afuera. En Brasil ya hay déficit en la inversión y en el financiamiento de la salud. Pero las empresas de salud tenemos una obligación ética y legal con nuestro cliente. ¿Y quien paga la cuenta? La salud no tiene precio, dicen los franceses, pero la medicina tiene sus costos. Las instituciones sufren porque los equipos económicos siempre hablan de la salud como un gasto. Pero la salud es inversión, es calidad de vida, es lo que todos merecemos. Aumenta la sobrevida de la gente, la inversión en tecnología, en materiales. ¿Por qué no le vamos a acercar esto a la población? ¿Por qué lo vamos a dejar solamente al alcance de unos pocos privilegiados? Es una misión que tenemos para cumplir. Ante este escenario, solo tenemos una sola alternativa: hoy más que nunca, mas allá de las divergencias, todas las instituciones de salud tenemos que unirnos para definir puntos que nos permitan seguir vivos. Dr. Gustavo Mammoni, Presidente de Confeclisa La seguridad del paciente no se puede dar si no se hace la reforma. La accesibilidad y la articulación del sistema estatal y privado en un solo sistema público es fundamental, si no, no podemos hablar de seguridad. También es imprescindible capacitar al recurso humano, incentivarlo, darle una buena remuneración: no podemos hablar de la seguridad del paciente con enfermeras que para vivir deben trabajar 16 horas, o con residentes que, como mano de obra barata, tienen la responsabilidad de atención cuando solo deberían tener la de aprendizaje. Otro aspecto a tener en cuenta es la prevención del riesgo. Enfoquémonos en la buena calidad de la atención médica, en la buena praxis, en estandarizar los protocolos; y no en ver qué hacemos con un error que cometimos o en ejercer la medicina preventiva para evitar juicios. Para evitar que los errores se repitan es necesario tener un registro confidencial de la información que permita identificar las causas. Esto se llama la gestión del riesgo. Porque los efectos adversos, ¿a quienes afectan? No solo al paciente damnificado y a su familia, sino también al médico, al establecimiento, al sistema de salud en general, porque la población pierde la confianza en quien tiene que cuidarlo. Si esto ocurre, perdemos todo nuestro capital, que es la credibilidad. Tenemos mucho sobre lo que trabajar, pero empecemos con los errores de comunicación que generan problemas en la prescripción de medicamentos y de determinadas técnicas médicas. Recuperemos los comités de infecciones. A mediano y largo plazo, capacitemos a los trabajadores de la salud. La formación de pregrado del médico debe ser más humanista. Incentivemos el desarrollo de actividades para mejorar la seguridad del pacientes. Formemos a los directivos en las especificidades de la salud. Pero lo más importante es que volvamos a establecer el contrato social que existía entre el médico y el paciente, que se ha diluido porque durante años los profesionales de la salud, en lugar de defender a los enfermos, nos pusimos del lado del sistema. Eso promovió la judicialización de la salud y la aparición de las asociaciones del paciente. Hoy tenemos que recuperar nuestro lugar junto al paciente. Esto se tiene que dar en forma consensuada entre todos los integrantes del sistema. Deben fijarse pautas posibles y de acuerdo a los recursos. Ese es el camino para poder terminar con dos cosas: las dificultades en la accesibilidad y la falta de calidad en las prestaciones. Dr. José María Paganini, Director del Centro INUS y Presidente del Centro Especializado para la Normalización y Acreditación en Salud (CENAS) El tema de la seguridad del paciente es muy importante y nos debe hacer reflexionar. Es una visión dramática de algo más profundo. Tenemos que evitar caer en los reduccionismos: la seguridad del paciente no es solo el lavado de manos, sino que tiene que ver con la organización, con la financiación, con la educación de médicos y enfermeros, con la formación de equipos, tiene que ver con las formas de trabajo, con el burn out, con la educación del paciente. ¿Cuándo tomó estado público el tema de la seguridad del paciente? En 2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo en su informe anual: “La diferencia entre un sistema de salud orientado hacia la equidad y la calidad y el que no lo hace puede medirse en muertes, discapacidades, empobrecimiento, humillación y desesperanza”. Hay otro hito, ocurrió cuando la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos declaró: “En USA ocurren por año 100.000 muertes hospitalarias como resultado de errores que pueden evitarse”. Si extrapolamos estos datos, en Argentina este año tendríamos 15 mil muertes. Es decir, 40 muertes evitables por día, el doble de fallecidos por accidentes de tránsito. Los efectos adversos serían de 6000 mil por año. El 10% de los egresos tendrían algún tipo de riesgo, y los costos habrían aumentado un 30% a causa de esto. Pero no podemos quedarnos solo con la seguridad del paciente. Tenemos que pensar en la equidad, en la cobertura, en los problemas de curación y promoción. La mortalidad materna, por ejemplo. Allí debemos aplicar medidas sobre seguridad del paciente. En la Argentina tenemos 40 muertes maternas por 100 mil nacidos vivos. Pero si vemos la distribución, en Capital Federal son 7 las muertes, mientras que en La Rioja y Formosa es cuatro veces más alto que el promedio nacional. Paradójicamente, si ven las estadísticas sabemos que el 99% de los partos en nuestro país ocurren en los establecimientos de salud. ¿Que esta pasando? Se atienden en nuestros establecimientos y se nos mueren. Otro dato: se estima que hay 50 mil mujeres tienen problemas crónicos de salud por mala atención en el parto. El riesgo de atención del parto aumenta 10 veces en los establecimientos con mala organización. Pero el 80% de todos estos problemas podrían evitarse a través de un sistema de atención de la salud con equidad y calidad. La prioridad es clara, tenemos conocimientos para aplicar políticas y estrategias para resolver el problema. ¿Por qué no lo hacemos?
Conferencia Central: Me referiré a lo que hacemos en el Hospital San Carlos, de Madrid, España, el cual dirijo. Pero antes quiero que veamos algunos conceptos. En un establecimiento de salud cada uno de los servicios que hacemos es un servicio de artista, puesto que no se hace solo, sino que se compone en el momento de la relación médico-paciente. El paciente tiene cada día más información, aunque no más conocimiento ni posibilidad de relacionar. Con las tecnologías y los nuevos descubrimientos técnicos, los profesionales de la salud se ven sometidos a más posibilidades de error, a menos que se someta a criterios normativos o estándares. Pero esas normas deben ser creadas e implementadas a través del autoconvencimiento. Los profesionales liberales difícilmente seguimos las normas si no las aceptamos. Cuando concensuamos sí salen bien las cosas, cuando imponemos, no. Del convencimiento nace la autorregulación; y de ahí, la norma. De esa forma, en nuestro Hospital hemos unificado el Departamento de Cardiología, con el fin de agilizar la atención, con buenos resultados. También solucionamos el problema de la identificación de los pacientes (con los alérgicos, por ejemplo, se utilizan todos los materiales de color azul), hicimos una política de seguridad del paciente y lo distribuimos entre nuestros trabajadores, lanzamos instrucciones de seguridad y medidas preventivas, etc. A partir del acuerdo, la norma y la instrucción se originó también una campaña de información a pacientes. Lo importante es que los profesionales se han comprometido con la política de seguridad. Ahora nos toca avanzar en otros temas: verificar la zona quirúrgica, custodiar los objetos del paciente, las técnicas de lavado de manos, la infección nosocomial, el sistema de vigilancia, cuándo utilizar soluciones alcohólicas y cuáles utilizar, etc. Una a una, iremos por todo. Mesa sobre Acreditación y Seguridad del Paciente
Dr. Héctor Vazzano,
El rol de las organizaciones de pacientes y de los trabajadores de la salud Claudia Cattivera, Representante de la organización Pacientes Online Los profesionales de la salud deben entender que los pacientes somos sus aliados. Acá el problema no es el médico sino el sistema de salud, que en todo el mundo tiene fallas. No queremos la judicialización de la medicina, queremos ayudarlos. La Red Panamericana de Pacientes por la Seguridad del Paciente, que integra la Alianza Mundial de Pacientes que la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó en 2005, se reunió en octubre en Buenos Aires. Entre otras cosas, nos propusimos avanzar sobre la pregunta: ¿Hay pacientes en los comité de seguridad del paciente en los hospitales? En ese sentido, nuestra tarea es formar a estos usuarios, para que puedan colaborar. Por otro lado, en nuestro país creamos RAMPA, que es la Red de Ayuda Médico-Paciente de Argentina, de la que pueden participar médicos, enfermeras, administrativos, etc. La misión de RAMPA es promover la calidad de atención en salud mediante acciones de interés común a pacientes, médicos y demás profesionales de la salud. La visión es convertirnos en una entidad de referencia en la representación de las organizaciones e individuos que defiendan los intereses comunes de pacientes, sus familias y cuidadores, así como los de los médicos y demás profesionales de la salud argentinos. Actualmente formamos parte de la comisión nacional de seguridad del paciente del Misterio de Salud. También queremos promover la salud basada en la evidencia y centrada en el paciente, generar un clima de confianza y respeto mutuo entre pacientes, profesionales y los organismos de salud. Y finalmente, crear organizaciones a los que ustedes puedan referir sus pacientes interesados en obtener más información sobre sus enfermedades. Las voces de pacientes y profesionales de la salud recién serán escuchadas cuando las organizaciones que las representen combinen fortalezas, recursos y experiencias. Jonás Gonseth García, Experto en Calidad de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, Washington) El paciente es un actor que no solo por cuestiones éticas, sino también por razones prácticas tiene la visión del continuo de la atención sanitaria, que en muchos casos está en un sistema de salud fragmentado. Los pacientes entienden que la atención se da en un sistema complejo y en continua evolución, donde hay numerosos interfases y que precisamente el diseño de los sistemas es lo que lleva a los resultados del sistema. Hoy tenemos una Red Panamericana de Pacientes bien constituida y que es un interlocutor válido para analizar nuestra visión de futuro y nuestra cooperación técnica para contribuir a la mejora de la seguridad del paciente. Voy a contarles lo que la OPS está haciendo en relación a la cooperación entre médicos y pacientes. Cuando en 2005 la OMS lanzó la Alianza Mundial por la Seguridad del Paciente, la OPS se alineó al proyecto. En 2006 propuso: Reposicionar la calidad implementando en una selección de países los lineamientos que plantea la alianza: mejorar el control de la infección nosocomial, promover la participación ciudadana y estudiar las condiciones de la seguridad del paciente en los hospitales de América Latina. Responder a la falta de información, para lo que se realizó un estudio multicéntrico en base a una experiencia similar realizada en España. Participaron Argentina, Colombia, Costa Rica, Perú y México y se evaluaron más de 11 mil historias clínicas de pacientes que estuvieron internados una semana. Los resultados se publicarán durante el primer semestre de 2009. Poner en marcha un observatorio regional de seguridad del paciente y calidad de la atención. El observatorio informará, difundirá, facilitará la implementación de acciones y monitoreará los proyectos colaborativos multinacionales. Ya tenemos el aval político para implementarlo, ahora estamos desarrollándolo. Además, puso en marcha un concurso anual para la financiación de proyectos de investigación realizados en regiones con recursos limitados. Carlos
West Ocampo, Felicito a la CAES por mantener abierto este foro de debate. Hace 14 años, cuando nació, a quienes defendíamos la seguridad social nos decían que éramos antiguos, anacrónicos. En ese entonces no se hablaba ni de beneficiarios ni pacientes, solo de números. Tampoco se hablaba de seguridad social, sino de terceros pagadores o financiadores de un sistema que no tenía objetivos muy claros. Fue entonces cuando en una paritaria decidimos destinar una parte del salario a la capacitación del personal y fundamos la Fundación Docencia e Investigación para la Salud. En ese momento, con esfuerzo transformamos más de 20 mil empíricos del sector estatal y privado de todo el país en auxiliares de enfermería. Ahora el gobierno lanzó un plan de educación pero desechando a gran parte de los actores formadores, cuando lo mejor sería aprovechar todos los esfuerzos que se están haciendo para tener las 50 mil enfermeras que necesita el país. Para nosotros es difícil entender el sistema desde la individualidad, lo imaginamos como un sistema integrado donde todos los sectores participemos. De esa forma podremos garantizar una distribución equitativa y un sistema de salud más eficiente, accesible y con programas de prevención. El rol del Estado es la organización del sistema. Los funcionarios tienen que pensar en cómo utilizar los recursos económicos, técnicos y humanos que tenemos a disposición de la mejor manera. Así podremos tener entre todos un sistema más seguro y equilibrado, donde el paciente tenga más seguridad. El mejor aporte que podemos hacer entre trabajadores y empresarios es defender la educación y capacitación de nuestro sector y convencer a los gobernantes que allí deben destinar fondos para garantizar un mejor sistema.
Conclusiones: En estas conclusiones quiero recordar que la Seguridad del Paciente es el conjunto de elementos estructurales, de procesos e instrumentos y metodologías, basadas en la evidencia científicamente comprobada, que propenden a minimizar el riesgo de sufrir un evento adverso en el proceso de atención de salud o de disminuir sus consecuencias. Por lo tanto, si nuestras entidades no tiene directrices de organización y funcionamiento de establecimientos y sistemas, si no existen la habilitación categorizante de instituciones ni de las tecnologías sanitarias, si no estandarizamos los procesos, si no implementamos guías clínicas diagnósticas y terapéuticas basadas en evidencias científicas apropiadas, si no nos exponemos a la evaluación externa de los servicios e instituciones (acreditación) y si no premiamos la calidad, no vamos a tener seguridad. Otro factor importante en la seguridad del paciente es el recurso humano, y para ello tenemos que asegurar el registro y certificación de profesionales y especialidades, tenemos que acreditar las residencias, fomentar la capacitación continua y la conformación de equipos interdisciplinarios, y obtener la disminución de la variabilidad en la práctica médica. También hay que pasar de la cultura punitiva hacia una cultura proactiva, dejar de buscar culpables y buscar el qué, cómo, cuándo, el porqué y hacer un análisis de la gestión de riesgos, para que los errores cometidos no vuelvan a ocurrir. Nuestro deber es ético como responsables tanto con el paciente como con la sociedad. Con esto finalizo las conclusiones. Los invito a que sigamos activos en este tema de la seguridad del paciente, de la calidad y de la gestión de riesgos, que es nuestra responsabilidad como médicos e instituciones, por el bien de nuestros semejantes. Muchas gracias.
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