Dr. Rafael Acevedo.
Abogado especialista en
responsabilidad médica y Gerente de La Mutual.
Luego de la apertura de
la Jornada tuvo lugar la presentación pública y formal del libro EL ERROR MÉDICO. Análisis de sus implicancias jurídicas,
económicas y asistenciales.
Dicha presentación fue realizada por su propio autor, el Dr. Rafael
Acevedo, abogado, con distinción de egresado sobresaliente de la
Universidad Nacional de Córdoba, especialista en la materia y
Gerente de La Mutual Argentina Salud y Responsabilidad
Profesional desde sus inicios.
Acevedo contextualizó las fuentes sobre las que se elaboró el
trabajo (800 atenciones médicas que fueron objeto de reclamo, 2500
consultas preventivas por eventos adversos, 650 juicios, 450
reclamos prejudiciales, 60 sentencias y 300 acuerdos
conciliatorios); resaltó los principales objetivos de la obra e hizo
un repaso sobre el contenido específico de cada capítulo,
destacándose una serie de estadísticas y gráficos ilustrativos del
tema.
En relación a los objetivos del libro, su autor comentó: “La obra
intenta exponer los presupuestos y principios fundamentales de la
responsabilidad médica, tanto individual como institucional; ofrecer
instrumentos para el control de los factores de riesgo que promueven
las reclamaciones; conocer el comportamiento del error médico en las
atenciones que son objeto de reclamos (aclaración: se analiza el
error en atenciones que han sido objeto de reproche por parte del
paciente y respecto de las cuales hubo una pretensión indemnizatoria
o se ha presentado una denuncia penal); resaltar la trascendencia de
la gestión de riesgos como herramienta fundamental, no sólo para
contrarrestar la litigiosidad sino también para minimizar los
riesgos de la práctica sanitaria y producir una mejora continua en
la calidad de la asistencia médica; y compartir estadísticas,
experiencias e información surgida de la propia casuística, y en
base a una muestra por demás representativa, no solo por la cantidad
de casos analizados, sino porque las atenciones médicas en cuestión
fueron llevadas a cabo en clínicas y sanatorios cuya categorización
y volumen prestacional responde al promedio nacional”.
Acevedo luego se refirió al capítulo segundo del libro, “Notas sobre
la responsabilidad civil médica”, e hizo hincapié en los principales
temas que se desarrollan en el mismo: “Entre otros contenidos, este
capítulo está dedicado a analizar los presupuestos de la
responsabilidad médica… explicitando cuáles son los criterios de
valoración de la culpa médica, cuándo el error engendra -o no-
responsabilidad, qué daños son -o no- resarcibles, los alcances de
un presupuesto fundamental, cuál es la relación adecuada de
causalidad que tiene que existir entre la culpa médica y el daño… Se
analizan también las principales eximentes de responsabilidad,
el riesgo terapéutico, particularmente el riesgo quirúrgico, el daño
iatrogénico, el abandono de tratamiento, el incumplimiento
defectuoso de tratamiento, el rechazo terapéutico, etc.; así como su
adecuada instrumentación”.
También dedicó un espacio para detenerse en la historia clínica y el
consentimiento informado, sobre los que puntualizó: “La historia
clínica es el mejor aliado, o puede resultar el peor enemigo del
médico en un juicio… Por eso se analiza la historia clínica como
herramienta fundamental en el proceso civil, toda vez que en base a
la misma se realiza la pericia médica. El médico debe saber que no
se defiende en un juicio con su currículum, sino con la historia
clínica; y es justamente esta herramienta el elemento que le permite
acreditar y justificar los alcances de la atención y las decisiones
médicas adoptadas… Se expone la jurisprudencia fundamental en esta
materia, y se detallan una treintena de errores que frecuentemente
están presentes en la confección de la historia clínica, ello con el
propósito de ofrecer instrumentos para evitar los mismos.
En cuanto al consentimiento informado, Acevedo comentó: “Se resalta
el hecho de que es el paciente quien asume los riesgos de su
enfermedad y el tratamiento, pero ello en la medida de que haya sido
debidamente informado respecto de su diagnóstico y alternativas
terapéuticas, de los alcances, objetivos y riesgos del tratamiento
que se le propone realizar, de las complicaciones que eventualmente
puede padecer, las pautas de alarma que debe tener en cuenta en la
etapa terapéutica, los controles y cuidados que debe observar y los
riesgos de no aceptar el tratamiento propuesto. En definitiva, en
el libro se contestan 10 preguntas fundamentales a la luz de la ley
26.529, y en torno a qué es el consentimiento informado, quién
debe informar, cuándo y cómo debe informarse, a quién debe
informarse, qué pasa si el paciente no acepta información o rechaza
el tratamiento, en qué casos no se está obligado a informar, cómo
proceder ante una hallazgo intraoperatorio, y cuáles son las
consecuencias de no informar”.
En el capítulo II también se analiza la responsabilidad civil de
las clínicas, explicitando los 25 errores, fallas o anomalías
más comunes en el funcionamiento organizacional de las instituciones
de salud, las cuales pueden dar lugar a un conflicto en la relación
institución/médico-paciente. Y por último hay un capítulo dedicado a
la responsabilidad de los odontólogos en donde aparecen
algunas nociones fundamentales de la responsabilidad, especialmente
en implantología, y en torno a cuáles son los principales riesgos en
el ejercicio de la actividad.
En otro orden, Acevedo expuso distintas estadísticas descriptivas
sobre el error médico, todas ellas representadas en el capítulo
tercero del libro a través de más de 70 gráficos con sus respectivos
comentarios, en donde se analiza:
El error según las distintas instancias de atención (atenciones en
guardia, ambulatorias, programadas, urgencias); como así también las
especialidades más demandadas.
Se distingue el error profesional del error institucional, es decir,
el error cometido por el médico de aquellas falencias o
irregularidades directamente atribuibles a la institución, dentro de
las cuales se circunscribe, en un 70% de los casos, supuestos de
infección intrahospitalaria, quemaduras por defecto en los equipos y
caídas de la cama. Dentro de lo que es el error profesional también
hay una estadística del error en el diagnóstico y en la etapa
terapéutica. Se dan ejemplos por especialidad de errores excusables,
ya que del total de errores analizados más de un 30% resultaron ser
casos de errores excusables (es decir sin que mediara culpa médica),
y el otro 70% se trató de errores injustificados, por lo tanto
existió un obrar culposo del profesional.
Se exponen estadísticas en torno a las relaciones entre error y
lesión. En qué casos el error ocasionó –o no- una lesión o
complicación en el paciente.
Se presenta un análisis específico del error: por qué se produce, su
manifestación, consecuencias y desenlace respecto del paciente en
las siguientes especialidades: traumatología, cirugía general,
obstetricia, clínica médica, anestesiología, odontología y
enfermería.
Estadísticas respecto a las infecciones nosocomiales, y asimismo
referencias al total de pacientes que fallecieron, a las cirugías
que fueron secundarias al error; como así también el error del
propio paciente. Se destaca que en el 5% de los casos, la lesión o
complicación que tuvo el paciente se explica a partir de su propio
comportamiento, básicamente por incumplimiento de indicaciones
médicas, abandono de tratamiento o rechazo terapéutico.
En cuanto al capítulo dedicado a la “Gestión de Riesgos”, su autor
explicó: “Se analizan los nuevos riesgos que tiene la actividad
sanitaria, como así también las profundas transformaciones que ha
tenido la relación médico paciente; identificándose aspectos tales
como que el paciente está cada vez más informado y ejerce sus
derechos más que antes, tiene un mayor nivel de expectativa respecto
del resultado de la atención del médico, la relación es cada vez más
despersonalizada, con tiempos de atención más acotados, y la
intervención de diversos profesionales y agentes en la atención de
un enfermo, quien a su vez tiene más como referencia a la
institución sanatorial que al médico a la hora de demandar servicios
para el cuidado de su salud … Asimismo se analiza la gestión de
riesgos desde una visión eminentemente práctica, desarrollando más
de 20 medidas o sugerencias en torno a cómo actuar en esta materia,
para así poder tratar adecuadamente los eventos adversos y reducir
los niveles de exposición. Finalmente se analiza cuán proactiva son
algunas especialidades en la prevención de sus riesgos, por
contraposición a otras donde su participación en el total de
reclamos es superior al índice de consultas preventivas que
realizan”.
El quinto y penúltimo capítulo del libro presenta valiosas
estadísticas sobre eventos adversos, reclamos y sentencias, que
fueron presentadas por Acevedo de la siguiente manera: “En este
capítulo hay una exposición estadística de los reclamos económicos y
su crecimiento, tanto en frecuencia como severidad. Asimismo se
muestra por qué el abordaje anticipado del evento adverso no sólo
mejora la calidad en la atención sino también le permite reducir
costos a las instituciones de salud, registrándose, entre otros
resultados, que el 95% de las consultas preventivas por eventos
adversos realizadas por las clínicas no evolucionaron hacia un
reclamo, habiendo recibido en cada caso la institución indicación de
medidas correctivas acerca de cómo tratar el incidente o evento
adverso, cómo continuar con el tratamiento y cómo manejar la
relación con el paciente... También se analiza cómo se han acotado
los tiempos de reclamación, y se exponen estadísticas en torno a
montos reclamados por especialidad, diferencia de los montos
promedios de acuerdo en juicio respecto de los arreglos
prejudiciales, las características de un juicio por responsabilidad
médica, la problemática del beneficio de litigar sin gastos y de la
pluralidad de demandados en estos pleitos, como así también
guarismos en torno a demandas que prosperan, juicios que se
concilian durante su sustanciación, costos de transacción, montos
promedio de condena judicial, etc.”.
A modo de conclusión final, el Dr. Acevedo compartió con el público
la siguiente reflexión: “Los juicios son una realidad cada vez más
insoportable para las clínicas, los médicos y las aseguradoras. Todo
lo que se haga para evitarlos no solamente mejorará los niveles de
calidad en la atención de los pacientes, sino que reducirá pérdidas
importantes en los sanatorios. La clínica y la compañía de seguros
deben ser ‘socias’ en la prevención y gestión de riesgos. El
asegurado y la aseguradora debieran interactuar en la defensa del
acto médico; y mucho antes debieran coordinar un programa de gestión
de riesgos. En definitiva, gana el que comete menor cantidad de
errores y reduce los costos de esos errores”.