RP EN LAS DISTINTAS ESPECIALIDADES MÉDICAS
Responsabilidad médica en obstetricia: cómo minimizar los riesgos legales. Julio -
Agosto 2011
Por Dr. Mario Sebastiani. Doctor en Medicina especialista en Obstetricia. Hospital Italiano de Buenos Aires.
La
práctica de la obstetricia requiere en la actualidad no sólo del
conocimiento de los aspectos clíni- cos y quirúrgicos sino también de
una expe- riencia y reflexión par- ticular sobre la relación médico
paciente a los efectos de minimizar los riesgos maternos y perinatales y
disminuir la exposición a los problemas médico legales.
Aún frente a un cuidado perinatal óptimo los resultados son inciertos y
no siempre las demandas legales se deben a errores médicos. Generalmente
estas demandas se deben:
1) Incapacidad de reconocer o dar una respuesta adecuada a los problemas
de salud fetal antes o durante el parto, 2) Fracaso en la realización de
una operación cesárea en tiempo y forma una vez que ha sido indicada, 3)
Fracaso en lograr una adecuada reanimación de un recién nacido
deprimido, 4) Utilización inadecuada de drogas para la estimulación de
contracciones uterinas, 5) Utilización inadecuada de instrumentos
(fórceps o vacuum extractor) que puedan producir un trauma en el feto, o
6) Imposibilidad de corregir una distocia de hombros.
Si bien la lectura de estas entidades muestran que las mismas deberían
ser fácilmente reconocibles, una vez ocurridas no son tan sencillas de
explicar en el contexto de la relación médico paciente una vez que las
mismas han ocurrido sobre todo bajo una presión emocional muy importante
que atañe no sólo a los padres sino también al obstetra y a su equipo.
Minimizando el
riesgo
Ante todo sería oportuno reconocer nuestras propias limitaciones en la
práctica de la especialidad. La obstetricia no es solamente una
especialidad tendiente a participar del nacimiento de un niño sino que
se ha convertido en una especialidad clínica y quirúrgica que requiere
de un conocimiento específico en distintas áreas relacionadas con el
diagnóstico prenatal de anomalías congénitas, el asesoramiento genético,
el tamizaje de alteraciones del metabolismo de los hidratos de carbono,
la inmuno-hematología, las trombofilias, la restricción del crecimiento
fetal o el manejo adecuado de la prematurez. Para estos y otros aspectos
del cuidado perinatal es necesario muchas veces recurrir a la consulta
con otros profesionales. El conocimiento y la utilización de normas o
guías de atención aprobadas por sociedades científicas suele ser de gran
ayuda. Los protocolos clínicos pueden ser de gran ayuda para evitar los
litigios.
También es conveniente trabajar en instituciones que posean los
estándares adecuados para la asistencia de una embarazada y sus
complicaciones o en caso contrario efectuar la debida derivación a
instituciones con complejidad adecuada. La seguridad de la embarazada
debe ser un punto cardinal a tener en cuenta durante todo el proceso
relacionado con la gestación y el puerperio.
Asistencia del
parto
Documentar adecuadamente los motivos de la admisión al centro de
obstetricia así como las condiciones de ingreso. Anotar correctamente
los datos propios de un partograma, documentar los motivos de una
inducción o los motivos por los que se administran drogas de estímulo de
las contracciones uterinas, la aplicación de una anestesia, la
indicación de una operación cesárea o la aplicación de un fórceps o de
un vacuum extractor y la condición al nacer de un niño, así como la
presencia de una persona de soporte o un familiar que acompañe a la
embarazada durante el parto. Siempre considerar la posibilidad que sea
necesaria una operación cesárea de urgencia.
Reflexiones sobre
la relaciónmédico-paciente
Sugiero algunas consideraciones a la hora de encarar estas difíciles
situaciones:
1) Preparar la entrevista antes de enfrentarse a los padres. Esto
significa en resumen preparar los principales conceptos que podrían
explicar el resultado. No dejarse apabullar por los padres o familiares
y plantear algún orden en la conversación. Obviamente estas entrevistas
deben realizarse en marcos adecuados tales como un consultorio, una sala
de reunión o bien en la habitación pero nunca de parados y en un
pasillo.
2) Reconocer que existen distintas etapas en los duelos por lo que es
fundamental reconocerlos y saber que la entrevista deberá repetirse en
varias oportunidades dado que el nivel de comprensión de los padres o
pacientes puede encontrarse alterado así como la capacidad de trasmitir
relatos por parte del equipo de salud.
3) La entrevista debe ser analizada previamente con todos los miembros
del equipo (si es necesario, el neonatólogo incluido) a los efectos de
tener relatos coherentes. Los pacientes se encuentran muy afectados por
los resultados adversos por lo que un hipotético 10 por ciento de algo
dicho por el obstetra y un 14 por ciento de lo mismo dicho por un
neonatólogo puede ser interpretado como una falla de información y
coherencia en el equipo de salud.
4) Si es necesario defenderse intentar por todos los medios de no perder
la postura, buscar el razonamiento y el análisis del caso de manera
ordenada, darse tiempo, pero jamás enojarse.
5) Asegurarse que los pacientes se encuentren con un grado adecuado de
comprensión sobre lo que se les explica y en caso contrario volver a
repetir el itinerario o bien intentar estrategias distintas utilizando
ejemplos o situaciones supuestas que ayuden al objetivo. La exposición
debiera analizar el diagnóstico, el tratamiento indicado y los
resultados esperados en base a este razonamiento. Si el resultado no
fuera el esperado, se deberán explicar las posibles causas.
6) Escuchar a los pacientes y darles respuesta a sus preguntas en la
medida que las misma sean razonables. Si las misma no revisten
coherencia hay que explicar los motivos y replantear las preguntas pero
nunca enojarse ni descalificar los dichos.
7) Documentar adecuadamente la historia clínica y hacer fotocopias de
los registros que sean fundamentales el día de mañana si hubiera una
demanda legal. Recordar que lo que no está escrito en la historia
clínica no existe para el Seños Juez.
8) Consultar con el departamento de riesgo del centro asistencial.
9) Aceptar una segunda opinión en caso que sea requerido. Podría ser
saludable una simetría en este pedido donde los pacientes solicitan a un
profesional externo al caso pero donde usted como profesional también
solicita una segunda opinión a otro profesional renombrado. Sería ideal
que las segundas opiniones se emitan de manera conjunta.