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Control de Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud. (Segunda Parte) Les acercamos la segunda parte de la nota con la Lic. Stella Maimone*, con quien conversamos sobre el control de infecciones asociadas al cuidado de la salud. En esta edición: qué es y para qué sirve un Programa en Control de Infecciones. - Cuando llegan a una institución que quiere trabajar en control de infecciones, ¿cuáles son los puntos débiles o áreas más vulnerables que encuentran? Muchas veces cuando el director o el administrador nos llama no sabe bien por qué lo está haciendo. Piensan que es un tema que se soluciona con una receta y la verdad es que controlar las infecciones es un proceso. Primero se evalúa la institución para saber en qué condiciones está, se auditan todas las áreas, y se establece desde dónde parte el trabajo. - ¿Y cuáles son las áreas más críticas que tiene una institución? El área de quirófanos, la central de esterilización, por ejemplo. Sobre esta última, hay centrales que siguen como hace 100 años atrás, donde se reesterilizan o reúsan elementos que no se debe porque tienen riesgo no solo de infección sino de vida para el paciente. También las unidades de cuidado intensivos (adultos, pediátricos, neonatales), que son las de mayor riesgo. Otra cuestión que está totalmente comprobada es que la falta de enfermeros aumenta el riesgo de infección. Si no hay una buena relación enfermero-paciente, ese paciente se va a complicar. Quizá la institución tiene una buena estructura edilicia pero no tiene recurso humano… Estamos convencidos de que si se invierte en las personas se logran mejores resultados y se gasta menos dinero. - ¿Cuáles serían los pasos para iniciar “el proceso” para el control de infecciones? Como mencioné, primero se realiza una auditoría. Luego se presenta un informe que dice dónde está parada la institución, dónde debería estar y cuál sería el camino para llegar. Este camino no es de un mes para el otro porque en ese tiempo es muy poco lo que se puede observar. Muchas de las cuestiones tienen que ver con comportamientos, conocimientos, incluso con el área de compras. - ¿Cómo afecta el área de compras? Uno de los problemas es que en ocasiones las compras están a cargo de alguien que no sabe comprar o no sabe qué es lo que compra, por ejemplo: un apósito transparente para cubrir un catéter, que en realidad es para heridas y no de catéter, y cuya función es justamente opuesta, porque la herida tiene que estar húmeda para cicatrizar y el acceso vascular tiene que estar seco y absorber la humedad de la piel. Sin embargo, cuesta igual de caro que el otro, pero es un recurso mal gastado. Hay cosas que no tienen que ver estrictamente con el control de infecciones, pero sí con el funcionamiento del lugar. Ante esto se van estableciendo prioridades y así es que se empieza por la central de esterilización, el quirófano, etc. Los programas en control de infecciones tienen, entre sus funciones, participar con todos los servicios, siendo de los más importantes compras y farmacia. - ¿En qué consiste y cómo se instrumenta específicamente un Programa en Control de Infecciones? ¿Primero se conforma el Comité? El comité es posterior al programa. El programa tiene que tener la autoridad de la dirección porque las cosas se modifican de arriba hacia abajo. Los directivos y administradores que tienen interés en desarrollar el programa en la institución deben saber que tienen que contar con gente que conozca del tema. Lo primero es generar la estructura: debe haber un médico dedicado al control de infecciones (no a la infectología) porque hay políticas que son del conocimiento básico del médico, no de la enfermera, como por ejemplo el control de la resistencia microbiana, un tema enorme donde hay que generar las normas, el cuidado y el proceso de mejora continua. Otras cosas tienen que ver con el conocimiento básico de la enfermera. Por eso hablamos de una enfermera cada 100 camas y un médico para todo el programa. Si hay más de 100 camas en la institución una de las enfermeras coordina al resto. Una vez que se tiene la estructura, que depende directamente de la dirección, empieza a gestionarse el programa con todos los servicios de la institución: compras, farmacia, esterilización, quirófano, cirugía, etc.; que no son parte del personal estable del programa pero que sí van a trabajar “con el programa”. Hay una serie de lineamientos: la vigilancia de infecciones (cuál es el número de infecciones, qué microorganismos aparecen, qué resistencia antimicrobiana hay, etc.), y de esos datos comienza a desglosarse el programa. Es necesario involucrar a un líder de cada servicio, que siempre es designado por el jefe de área. Entonces, primero es el programa y la gente del programa trabaja en la terapia, en cirugía, en neonatología, etc., y así se va componiendo la “red”. Pero cómo se entera el de terapia lo que sucede en cirugía: para eso está el comité, que se arma con el objetivo de que todos puedan interrelacionarse y conocer el programa para todas y cada una de las áreas. El comité se arma con líderes, que en nuestro país por lo general son los jefes de servicio, que a su vez traen a alguien más de su equipo. Por ejemplo, el departamento de enfermería no puede faltar en ningún comité porque está dirigiendo el 80% de la institución. También algún supervisor docente, que son los aliados del control de infecciones, y un representante de cada área donde se hace vigilancia. Es el programa el que hace que el comité funcione, con cuestiones concretas, de lo contrario el comité fracasa. Y los programas muchas veces fracasan porque no tienen gente formada. En CODEINEP formamos profesiones de la salud para hacer control de infecciones. Lo hacemos por una necesidad: no hay una institución que forme profesionales en esta área. Este año estamos trabajando con la Universidad Austral en una Maestría en Control de Infecciones para que haya una formación académica sobre el tema, a distancia, porque nuestro país es muy grande. - ¿En CODEINEP trabajan con instituciones de todo el país? De todo el país e incluso de países limítrofes. Tenemos alumnos de Ecuador, Bolivia, Uruguay, Paraguay; incluso hemos tenido una enfermera española que nos contó que en su país no había este tipo de formación y que la pudo hacer porque hoy existe la educación a distancia y los entornos virtuales. - En el congreso que organiza ADECI hay un espacio llamado “comunicación para la prevención y resolución de conflictos”, ¿a qué apunta este taller? Resolución de conflictos, comunicación y educación son tres áreas que se tienen que conocer para el trabajo en control de infecciones. En este taller puntual, la comunicación y el conflicto son dos elementos básicos para poder desarrollar los programas, porque cómo comunicás para que todos sepan y qué decís cuando comunicás, es fundamental. Muchas veces las personas que hacemos control de infecciones “no gustamos” en las distintas áreas de las instituciones porque sienten que uno va a ver qué está pasando... - ¿Quizás esto sucede porque se lo asocia como algo punitivo? Es que el control de infecciones nació así: “resolvemos tu problema y te retamos cuando no lo hacés bien”. Pero hace varios años que el enfoque cambió: “tenés el problema, pero vamos a colaborar para que lo resuelvas, con un conocimiento que hasta ahora no tenés. A su vez vos también nos das tu conocimiento para saber cómo hacer para que la situación mejore”. Y la realidad es que mejora. Es necesario aprender a comunicarnos y a manejar las propias “emociones”, porque si bien uno es una persona también está desempeñando un rol: cuál es tu rol con vos y con tu entorno para poder tener una negociación ganadora, porque si no perdés permanentemente. El conflicto tiene que ver con esto: establecer cuál es el problema, sacarlo de la emoción para poder resolverlo desde la institución. - ¿Y cómo es el trabajo con aquellos profesionales externos, por ejemplo, los cirujanos, que muchas veces no son parte del staff de la institución? El trabajo es muy difícil, no imposible pero difícil. También nos sucede con el equipo de alimentación y de limpieza. Hoy la limpieza de superficies cobra una importancia muy grande en la transmisión de infecciones, cuando hasta hace unos años decíamos que no tenía nada que ver. Hay muchos servicios tercerizados en las instituciones. Y es cierto que es mucho más fácil trabajar con equipos estables que con uno que viene cada tanto. Pero igual se trabaja con ellos, se los cita, y ahí es donde el director tiene una responsabilidad enorme y entra en juego la comunicación y resolución de conflictos. Se arman reuniones con cada uno de los equipos y se les dan las normas. Otro punto es la gestión dentro del quirófano. Tenemos normas de profilaxis antibiótica, que no son iguales en todos lados porque cada institución tiene distintos microorganismos. Si se tiene vigilancia, infecciones, sensibilidad y patrón microbiológico se va a poder cambiar esa resistencia o dejarla igual, pero se trabaja con seguridad. Muchas veces el cirujano dice “agrego esta otra cosa”, y en realidad genera más costo, más resistencia antimicrobiana… a veces peca por dar de más que de menos, y por prolongar la profilaxis. Ahí es donde aparece el programa, que está liderado por un médico, y entra de nuevo el tema de la comunicación: cómo te lo comunico para que lo entiendas. - Para cerrar, ¿cuáles son los pilares que propician el desarrollo del trabajo en control de infecciones? Hay un autor en educación, David Perkins, que dice que el adulto solo hace lo que siente que vale la pena; y vale la pena cuando a tu superior le interesa, si no da lo mismo. Llevar este concepto, que parece tan simple, tampoco es sencillo porque el superior también tiene que alinearse. Nosotros trabajamos mucho con el personal de gestión y con los supervisores docentes. Ellos mismos dicen que cuando comienzan a dar cuenta, hacia abajo, de la importancia que tiene “prevenir”, el personal, la gente, se alinea. Por Graciana Castelli para APM. |
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