HOME | VISIÓN | HISTORIA | FILOSOFÍA | EXPERIENCIA | SOCIOS | ADHESIONES | SERVICIOS | ACTIVIDADES |

MANUAL DE PROCEDIMIENTOS | MANUAL DE ODONTÓLOGOS | ARTICULOS DE INTERÉS | REVISTA | NUESTRAS PUBLICACIONES | ENTREVISTAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN | CONTACTO


servicios
actividades
noticias
vazzano

volver

 

El lado más oscuro de los Hospitales en calidad y seguridad de pacientes


Por Guillermo Tabares Martínez (*).
El lado oscuro de la NO calidad en hospitales es que sigue habiendo, en promedio, alrededor de un 10% de efectos no deseados por causas evitables, como las infecciones nosocomiales y los errores relacionados con la atención médica. Sin embargo, creemos que hay un lado “más oscuro”, y aquí explicamos las razones.


Hay mucha, y muy buena bibliografía, sobre infecciones nosocomiales y otras complicaciones relacionadas con la atención médica. Informes serios como el ENEAS (Estudio Nacional sobre los Efectos Adversos ligados a Hospitalización), por ejemplo, demuestran que en promedio un 9.3% de los pacientes ingresados en hospitales sufren alguna complicación. Las cifras se repiten con discretas variaciones.
Ya conocemos también todo tipo de repercusiones que se dan a nivel macro en los sistemas de salud respecto a cuál es el costo asistencial de esos eventos, cómo se prolongan las estancias medias, cuál es la tasa de resistencia a antibióticos en infecciones nosocomiales, la mortalidad, etcétera.
Afortunadamente existen cada vez más iniciativas globales -y en cada país- que promueven la calidad y seguridad de pacientes, y eso es algo para festejar.
Pero como decíamos al inicio, aún persisten dificultades a resolver en materia de mediciones generalizadas sobre calidad y seguridad de pacientes en los hospitales. Mencionamos algunas:

La iniciativa de medir y cuantificar los problemas de calidad no se da lamentablemente en la mayoría de las instituciones de América Latina.
Muchos de los hospitales que sí trabajan proactivamente en mediciones de su calidad asistencial destinan aproximadamente el 80% del tiempo a recolectar los casos para generar indicadores, y el 20% restante se ocupan de resolverlos.
Habitualmente, vemos que hay múltiples fuentes de información desde donde se extraen los datos, lo cual conduce a que las cifras resultantes (entre quienes las miden) sean motivo de discusión. Ejemplos de la vida real: los infectólogos llevan sus estadísticas; los enfermeros a cargo de seguridad de pacientes tienen las propias; los médicos registran en las historias clínicas otra información; los equipos de codificación asignan códigos a lo que figura en las historias clínicas (registrado por los médicos); y en los países donde se debe informar de modo obligatorio cifras al Ministerio de Salud, los equipos de calidad tienen otras cifras disimiles a todas las anteriores.
Los médicos no registran (“o enmascaran”) las infecciones nosocomiales y otras complicaciones relacionadas con la atención médica por temor. ¿A quién? A la industria del juicio, a los auditores del seguro de salud que debitan (“glosan”) y/o penalizan esas internaciones, etcétera.
Y así podríamos seguir con algunos puntos más, pero el espíritu de este artículo es aportar información constructiva sobre la cual continuar edificando instituciones y sistemas de salud más seguros.

Algunos desafíos
Los países de la región deben avanzar en políticas de salud destinadas a que cada uno de sus hospitales (públicos y privados) mida y registre sus indicadores de calidad y seguridad de pacientes, de la forma más automatizada posible, generalizada y estandarizada. Esto va a facilitar la realización de comparativas (benchmarking clínico asistencial) y un diagnóstico más certero de la problemática.
Por su parte, cada hospital debe trabajar en unificar, consolidad y homogeneizar sus fuentes primarias de información y estadísticas sobre las cuales se calculan indicadores de calidad asistencial y seguridad de pacientes. La historia clínica electrónica es un buen aporte para ello, al igual que los sistemas de clasificación de pacientes, entre ellos los GRD (Grupos Relacionados de Diagnóstico).
La codificación clínica de diagnósticos y procedimientos (a partir de historias clínicas y/o informes de alta) es de gran utilidad en ese sentido y permite automatizar el cálculo de indicadores. Esto es una buena práctica internacional.
Los modelos de pago por evento (por prestación o “fee-for-service”) habitualmente penalizan vía débitos o glosas los problemas de calidad en hospitales. Esto genera reacciones defensivas y sub-registros de información sobre calidad y seguridad de pacientes. Este es otro de los daños colaterales que esta modalidad de pago genera en los sistemas de salud

Conclusiones
Existe un lado aún “más oscuro” que las cifras que se conocen sobre las fallas de calidad y seguridad de pacientes, y son los datos que no se conocen porque no se miden. Es decir, “peor que la cruda realidad de los resultados, es no tener resultados confiables”.
Los beneficios de trabajar proactivamente en calidad y seguridad de pacientes son claros y evidentes para todas las partes: los pacientes (principalmente), los seguros de salud, los médicos, los hospitales y en definitiva los sistemas de salud.
La tecnología y procesos para medir correctamente este tipo información ya existen...
Una vez más, la solución en salud pasa por las políticas e iniciativas de los tomadores de decisión.

(*) Guillermo Tabares Martínez es médico experto en salud poblacional, sistemas de clasificación de pacientes y medición de la producción hospitalaria con la metodología de los GRD (Grupos Relacionados de Diagnóstico). Health Data Scientist. Consultor en soluciones de Big Data, mecanismos de pago y financiamiento en salud y healthcare analytics para gobiernos, seguros de salud y hospitales. Actualmente es Director General de AVEDIAN y participa activamente como miembro co-fundador en la dirección ejecutiva y el board científico de SOLAGEC (Sociedad Latinoamericana de Gestión Clínica).




 

subir

Toda la información publicada en este sitio es © Copyright La Mutual 2008.